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¿Quién sigue?

31 Jul 2018, 16:41 (Este mensaje fue modificado por última vez en: 01 Aug 2018 00:08 por Patros)
Mensaje: #18821

RE: ¿Quién sigue?

Chale, so dense.
¿Quién sigue? - vO7lSsz

Es cuestión de etapas, pero te contesto de forma unívoca porque es lo que hay ahora.
Esencializando, diría que su capacidad de reconocerse ´´extranjera´´ (en el sentido <metafísico> del término) en un/os Mundos habitados por Otros (porque los Otros somos infierno), y su poder devenir nómada cuando toda nuestra educación gira en torno a la idea del amor vivido como posesión del Otro y del Mundo. Eso, ser nómada, y aceptar que somos impenetrables y nuestros encuentros sólo rozan la potencialidad del deseo. Desmitificar el proceso, robarle el amor a dios y hacerlo propio: traerlo a tierra sin dárselo al infierno. Citando entonces a Calvino: ´´buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.´´Esooo me encanta.

Pero bah, que hay muchas maneras de hacerlo. Muchos símbolos, muchas señales, signos, lenguaje, cosas-sustantivos.

A mí me fascina la manera en que mira una película, porque es como hacerse un espejo, como Las Meninas, que a veces, como nunca antes, me pierdo un poco lo que dice Keanu Reeves. ¿Cuándo en la historia ha pasado eso?
¿Quién sigue? - tumblr_ov3z2u6_J5z1vd1ad5o7_1280

Me encanta la forma de sus piernas. Las articulaciones de sus hombros. Esa peca en la mejilla derecha. El azul verdoso de sus ojos. Que esté tan pálida como una elfa y las cejas gruesas como anime de Kyoani.

Que sea firme y decidida en sus consideraciones políticas.


Que nuestra primera charla haya sido justo antes de un karaoke de mala muerte con una song de los Chainsaw Kittens.


Que nuestra primera movie fuese Interstellar en el Paramount y luego un caminata que duró toda una noche.


El estilo que te echa al fumarse un cigarro cuando está estresada en la corrección de color
¿Quién sigue? - PoBWe6a

Sus patadas que duelen a Patagonia cuando te agarra desprevenido porque creció con un padre que quería un primogénito y la encerró años en una dojo de taekwondo
¿Quién sigue? - HhVvsDN

Y la comprensión casi peirciana que tiene sobre las cosas que fui, mis traumas, mis culpas y mis no-retornos. Incluso en el climax, su serenidad, la categoría impropia de sus palabras para decirme dónde están ahora mis fantasmas (como el mismo Peirce) me sobrecoge, me conmueve y luego me tranquiliza.
¿Quién sigue? - YGZy7qy

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Al final, de entre todos los caminos posibles: desde el primer amor que conocí en el arcade del terruño y que me prometieron porque ambos veníamos de familias de ascendencia cubana y desapareció un verano del 98 para no encontrarla sino décadas después como una historia de Nabokov, con una hija y varios intentos de suicidio encima (la mayor ingenuidad, las tragedias cotidianas, el desgarro muy interior de la familia y unos niños); de la curiosidad sexual tan temprana y la praxis con la prima-hermana de la familia paterna en cualquier lugar y a cualquier hora, en sitios que ni siquiera recuerdo (el deseo por el deseo, la ternura mutua, el consenso); la novia de la primaria que me dejó en el quinto porque no había espacio para mis ambiciones ni para sus citas (niños adultos, juegos muy serios, lo lúdico mientras es divertido); la amiga que se hizo más porque ambos estábamos un poco perdidos en la secu y que nunca pidió nada y lo dio casi todo (las transiciones hermosas y nostálgicas, la devoción típicamente concedida a un amante y la amistad que se desvanece en su propio tiempo); de la novia de la prepa a la que todos le buscaban la falda (profesores, también) porque era la princesita de la escuela y dedicó cinco años de su vida a salvarme del vago, las clases saltadas, las notas no escritas, los bimestrales y todo para subir por diploma con idéntico promedio perfecto en el día más incomodo de nuestras vidas, después de terminar -nuestra relación y mi discurso-, porque me iba a México y era sumamente egoísta (una relación arruinada porque el amor nunca se asimiló como proyecto, sino como instantes, romanticismo, salidas de finde, quedadas en su casa por estudio o por placer: eramos, entre todo lo listos que eramos, unos idiotas, hasta el final); la cosa que pudo ser eterna pero que ella dejó a mitad del semestre de Genómica evolutiva por una gripe que nunca se fue hasta que lo único que quedó de esos dos años fueron sus discos de música clásica y sus lecciones de piano, tanto que aún lloro cuando escucho a Mahler (time no waits for no one, pero tú eres aún el espíritu del aire); el hombro de apoyo de la compañera de licenciatura que transformó la tristeza en ganas de gritar, y luego de cantar, y luego de patinar y tatuarme y tocar la guitarra y formar una banda y hacernos el amor en Barcelona, su ciudad (un tiempo precioso que sólo mandaba al carajo en los días de Madrid-Barcelona, una fuerza vital que me devolvió todo, me dio de más y me dejó ir con un empujoncito en la espalda como la coach de un equipo de segunda al mediotiempo de un partido que se perdía por goleada; somos amigos aún, y siempre lo seremos); esa relación conflictiva y conflictuada que nació por tensión cerebral cuando mudé de carrera, esa filósofa tan beligerante que amé porque no quedaba otra opción de lo cautivamente que era riñiéndole a su paisa Dussel en su propia cátedra y que luego se mudó conmigo porque no podíamos vivir sin pelear y eso nos alimentaba, nos llenaba, nos satisfacía a tal grado que se volvió algo mágico y tóxico al mismo tiempo, en una situación siempre desesperada pero que no nos dejaba alientos apenas pasar la puerta para hacerlo en el sillón, en la mesa, en el piso, en el baño, en el escritorio lleno de libros de Heidegger, Wittgenstein, Spinoza et al., de los periodos más felices de mi vida y más tristes al final: después de un embarazo, un degrado y las continuas peleas, se fue un sábado de marzo sin decir nada (la lógica del olvido forzoso porque el fuego incendiaba todo, pero también las memorias felices, los conciertos de Tiersen, la economía de casa, el afecto encerrado en un espacio que se reconocía como propio de alguna inconsciente y burda manera: eramos felices porque ella comprendió al monstruo que yo no podía controlar); la feminista que me introdujo en todo su mundo y en todos los espacios posibles y me abrió las puertas a algo nuevo, a su lugar como adjunto en la tercera carrera, a la sororidad, a los esfuerzos sociales, al mundo desde abajo, al cine de chick flicks, el amor desmedido por Coyoacán, el amor reformado bajo otra capa de igualdad y de gentileza, de tal modo que le debo el principio de lo que soy y el renovado interés por cosas que había olvidado con los años (gratitud, esperanza, la deconstrucción de mi orgullo egoísta y la amargura de no seguir aunque los impedimentos nos golpearan tan fuerte; dejó un balance esmerado y sí, ambos miramos atrás); o aquella morra chida de Tacubaya, que me bajó al barrio más barrio, a SanFe a mitad de noche, al desmadre de los millones de conciertos, el slam más poderoso del universo en un concierto del Maquinaria y Slayer, la desprecupación, el aliviane, de Tepoztlán a Valle de Bravo y la mítica reunión de Los Caifanes: una relación llena de sustantivos y cuerpos sudorosos que terminó de la misma forma en la que empezó: feliz, sólo para volver a comenzar y terminar y así sucesivamente hasta la despedida final: nubes altísimas y cielos azules esa mañana en el aeropuerto, y ella, sola, parada ahí, la única en saberlo, con el sable del equipo de esgrima que le regalé cuando gané mi primer trofeo de la ciudad, agitándolo en el aire como una niña, la última imagen de un territorio, una vida y una canción (´´antes de que nos olviden/ haremos historia/ no andaremos de rodillas/ el alma no tiene la culpa´´: lo intentamos tantas veces, pero -siempre- todo lo sólido se desvanece en el aire).

Y aún así, después de tantas cosas, querido @NamelessЖ, hoy la madre de nuestros hijxs es el perfil más estereotípico que me jugó la carretera del southern: rubia, güerucha hasta decir basta, ojiverde, habla como Amber Heard en la intimidad, amante demencial de comprar ropa y libros entre semana -y weekend también-, hija de inmigrantes irlandeses buscapleitos, irlandeses tan irlandeses que llegaron borrachos a los Apalaches en siglo XIX. Hija de veterano de guerra y madre de breve carrera en la opera -por sus embarazos. No le quitas la sonrisa de la cara, ni un poema de Beckett o Pound de la boca. Es metódica a niveles dictatoriales cuando se trata de qué lente, tiempo de exposición, el iso, incluso los cd's en las superficies del set. Es la persona más fastidiosa del mundo para elegir películas incluso en la cineteca, pero me hace la persona más feliz del mundo también, aquí, acá, ahora, en una hora y en los años que quiero pasar con la mignonne.

Tenía ganas de escribir un poquito. Ando leyendo a Bergson sobre Proust, además, así que me salió un poco à la recherche du temps perdu. Sorry.

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¿Crees que existe un cierto determinismo que pueda llamarse destino, de manera racional?
31 Jul 2018, 18:21
Mensaje: #18822

RE: ¿Quién sigue?

No esperaba leer severo tocho, pero mire que termino por atraparme y algunas partes me gustaron bastante.

No creo en el destino, pero hay situaciones en las que las coincidencias son muchas y demasiado convenientes o a veces es todo lo contrario, algo tan al azar o improbable.

Este fácil puede ser uno de los días más lluviosos en lo que va de año... lleva como 2 horas lloviendo!!!

Entonces, días lluviosos o soleados?
01 Aug 2018, 00:00
Mensaje: #18823

RE: ¿Quién sigue?

Dias de nieve y hielo, como me gusta ♥

Esto de aflojar un poco ambos no creo que nunca suceda, aún ambos nos hallamos equivocado.
Vale la pena pedir perdón?
01 Aug 2018, 00:25 (Este mensaje fue modificado por última vez en: 01 Aug 2018 00:25 por Nuna)
Mensaje: #18824

RE: ¿Quién sigue?

Se dice que el pedir perdón te ennoblece, pero solo vale la pena si te perdonan de corazón . No tienes por qué torturarte si te sacan en cara siempre la falta, ni permitir que te humillen. De hecho esa clase de personas terminan siendo peores.

Sientes que la vida no te paga lo que consideras que te debe?
01 Aug 2018, 01:02
Mensaje: #18825

RE: ¿Quién sigue?

No, la vida no me debe nada. A mi juicio, convivir con ese pensamiento no te aporta más que una cómoda y duradera almohada de frustración, una encrucijada interna que no te permitirá nunca avanzar, ya que adentrarnos en el mundo de lo que "nos merecemos o nos deben" es un terreno muy pantanoso. En mi caso, suele recoger algunas ideas del absurdismo de Camus (y por ende del individualismo) en el sentido de que cada individuo del género humano es libre para moldear su vida, cada uno es el encargado de construir su propio porvenir. La vida por si misma, en su sentido más optimista y miserable a la vez, es insignificante.

¿Crees que ocultar sentimientos por mucho tiempo en la mayoría de los casos resulta algo innecesario?
01 Aug 2018, 01:15
Mensaje: #18826

RE: ¿Quién sigue?

Sentir es algo muy innecesario.

¿Qué hora es?

01 Aug 2018, 01:19
Mensaje: #18827

RE: ¿Quién sigue?

7:17 pm
Hoy hubo chocolate pero sin queso

Prefieren el chocolate con queso o sin queso?
01 Aug 2018, 04:23
Mensaje: #18828

RE: ¿Quién sigue?

Con queso.
¿Cuántas mascotas tienes en casa?
01 Aug 2018, 06:51
Mensaje: #18829

RE: ¿Quién sigue?

Pues en nuestro depa sólo habita un gato gordo y una gatita que acaba de llegar, Huguette, aunque nomás la conozco de fotos. También nos rondan un trío de gatetes callejeriles que a veces duermen en el balcón, pero no les damos paso, les damos leche y alguna lata. Nos gusta pensar en ellos como pequeños dioses protectores que recompensan lo recibido, que los guía el espíritu de Chris Marker y un culto de sacerdotes en Japón.

Por lo demás, tengo cinco caballitos en mexa, pero no son tanto mascotas como amigos: Scarto, Mantequilla, Zidane, Coyoacán y Matanzas. Igual me toca verlos por fotos estos días, pero me los cuidan bien.

También tenemos patos, gallinas, borregos, un toro de lidia que retiré en cuanto murió mi apá, algunas vacas, terneros, un par de cisnes, un pavorreal, lo que quedó de la fallida cría de ovejas y un cocodrilo que un pariente trajo de Cuba, que terminó comiéndose la mitad del estanque de carpas que tanto trabajo costó hacer. Ah, y lechones por montones, pero ya dejé de adoptarlos y ponerles nombre porque me pasaba lo mismo que Hachiken desde escuincle.

Y aunque no son míos, quedan todavía cinco vástagos de Laila, la perrita shikoku que mi tío se trajo de Tokio cuando viajaba a los torneos de shotokan. Están bien pinche bonitos.

Si no quedase otra alternativa de supervivencia, ¿te comerías un panda bebé?
01 Aug 2018, 11:34
Mensaje: #18830

RE: ¿Quién sigue?

Rotundamente: NO.

Te gustan los cortos y/o mediometrajes de cine (en general, no necesariamente animación / anime)?


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